Refrescar las juntas

Accionistas y directores siempre están explorando opciones para fortalecer el aporte de la junta directiva.

Las juntas directivas han sido un escenario de retos en los meses recientes. Navegar la coyuntura acompañando a los equipos gerenciales, fortalecer sus competencias o incorporar otras para enfrentar dificultades y oportunidades emergentes, y aprender a trabajar en un modelo diferente de interacción, han sido algunos de ellos.

Es razonable entonces suponer que en algunas juntas también se haya acumulado algún grado de fatiga, tal como ha sucedido en los equipos ejecutivos. Por esta razón, en la antesala de las asambleas de accionistas, es propicio hacer una pausa y considerar, tanto entre los propietarios de las empresas como al interior de los directorios mismos, los mecanismos factibles para refrescar las juntas directivas.

Una primera ruta para lograrlo es propiciando en los directorios la oportunidad de evaluarse, lo cual les proporciona un marco de referencia para dialogar estructuradamente e identificar tanto fortalezas disponibles como oportunidades de desarrollo enfocadas en profundizar con pertinencia su aporte a la gestión de la organización que orientan. 

En conexión con la anterior, otra alternativa es identificar y atender las necesidades de capacitación a las juntas directivas para cerrar las brechas que han aparecido, o se han agravado, dadas las circunstancias recientes. 

Ellas pueden estar relacionadas, por ejemplo, con su funcionamiento y con sus competencias. Finalmente, un tercer camino es el cambio en la composición de la junta, tarea que corresponde a los accionistas y para la cual es importante que aquellos tengan como referencia criterios para hacerlo bien, en particular desde la claridad respecto a los retos claves del directorio y a las competencias necesarias en aquel derivadas de la estrategia.

En conversaciones sostenidas estos meses con múltiples juntas directivas, acompañándolas en procesos de autoevaluación o capacitación, uno de los hallazgos más comunes es el declive en la participación activa de los directores en sus sesiones. Bien por desgaste, por la virtualidad, o por su falta legítima de ideas y experiencia para enfrentar tanta complejidad, el interés de algunos miembros en las juntas parece haber disminuido. Ello paradójicamente en un momento en el cual las empresas necesitan directores más participativos y actuantes.

Estas son algunas recomendaciones para lograr una participación más activa de los miembros de la junta en sus sesiones: que todos conocen el negocio o actividad de la organización, promover la participación desde el ejercicio adecuado de la presidencia de la junta, fomentar una cultura de diálogo que acoja las ideas y el disenso, disponer de tiempo en la agenda para discutir, propender por la buena preparación previa de los participantes, y hacer una apropiada inducción a los nuevos directores. Accionistas y directores siempre están explorando opciones para fortalecer el aporte de la junta directiva. Refrescarlas es una de ellas.

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