Paciencia estratégica

Aprendimos de paciencia estratégica en la pandemia, ahora es buen momento para aplicar esos aprendizajes.

El entorno que enfrentan las empresas actualmente nos muestra inestabilidad simultánea de numerosas variables relevantes, cuyas dinámicas impredecibles agudizaron la sensación de incertidumbre. Inflación descontrolada, tasas de interés subiendo rápidamente, volatilidad cambiaria, tensiones geopolíticas agudas, desglobalización, países relevantes cercanos a la recesión, disrupciones logísticas intermitentes, amenazas sanitarias persistentes y, regionalmente, eventos políticos significativos en América Latina, incluida una próxima transición de gobierno en Colombia.

Esta coyuntura incrementó el interés en las empresas por una pregunta siempre pertinente: ¿En qué momento debemos ajustar nuestra estrategia? En la situación actual, sugiero actuar acogiendo la que he denominado paciencia estratégica. Ella no se trata de esperar a que los resultados demuestren que la estrategia es equivocada, ni es un llamado a presenciar con negligencia el devenir de los hechos. Tampoco es acerca de adoptar la parálisis o de simplemente reaccionar para sobrevivir inercialmente. Más bien, es una mezcla de serenidad reflexiva, consciencia plena, prudencia proactiva, improvisación inteligente, experimentación deliberada y también reactiva, observación permanente e intencional del entorno y, especialmente, conversaciones estratégicas con fondo. 

La paciencia estratégica nos permite gestionar el riesgo de reaccionar en exceso o de manera prematura, sin una lógica coherente y rozando con la imprudencia, sacrificando la estrategia por razones pobremente fundamentadas. Y debe lograrlo sin convertirse en un obstáculo para aprovechar oportunidades evidentes, que son ciertas y casi incuestionables, las cuales también traen consigo coyunturas como esta.

Una estrategia, que es un conjunto de escogencias, está construida sobre supuestos recogidos desde el repaso de la historia, la observación del presente y la imaginación del futuro. Un supuesto es aquello que esperamos que siga siendo cierto, o se convierta en verdad en el futuro, de tal manera que la estrategia que elijamos sea la pertinente para la realidad que esperamos. Por ello, uno de los ejercicios para saber si es momento de considerar ajustes a la estrategia es laevaluación de los supuestos sobre los cuales está planteada.

Para practicar la paciencia estratégica en el proceso de ajustar el direccionamiento de sus empresas les sugiero en sus conversaciones hacerse preguntas como estas: ¿Cuáles son los efectos posibles de estas realidades del entorno para nuestra industria y para nuestra estrategia? ¿Qué supuestos fundamentales para nuestra estrategia están de verdad cambiando estructuralmente? En otras palabras, ¿qué ya no es verdad o no esperamos claramente que se vuelva verdadero en el futuro? ¿Qué cambios aparentes hoy en los supuestos no parecieran sostenibles y podrían reversarse? ¿Qué nuevos supuestos tangibles o potenciales verdades futuras debemos ahora considerar? ¿Qué supuestos no han cambiado?

El afán irreflexivo es una de las rutas hacia las profecías autocumplidas. Aprendimos de paciencia estratégica en la pandemia, ahora es buen momento para aplicar esos aprendizajes. 

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